Se estima que en alrededor de dos meses y medio estarán culminados los trabajos correspondientes a la primera etapa del nosocomio.
La obra más ambiciosa encarada por la actual gestión municipal, la remodelación y ampliación del hospital municipal, se encuentra en la etapa final –restan dos meses y medio para su finalización, de acuerdo con los cálculos–, lo que supondrá un paso adelante fundamental en la atención pública de la salud en el distrito.
Es que a lo estrictamente edilicio, con una concepción moderna en todos los aspectos, debe sumarse la incorporación de nueva tecnología en las diferentes áreas, y la posibilidad de incorporar más personal, sobre todo en el sector de enfermería, una vez que el efector público de salud esté funcionando a pleno.
«Estamos a dos meses y medio de la culminación de la obra, y va de acuerdo con lo previsto en cuanto al desarrollo de los trabajos, al plazo y al pago de la misma», afirmó el secretario de Obras Públicas del municipio, ingeniero Carlos Madarieta.
«En estos momentos se están haciendo uno de los sectores más importantes y complejos del hospital. En la planta alta van los quirófanos, salas de terapia intensiva y partos», añadió.
La obra total que se proyectó originalmente de la remodelación y recuperación del 100 por ciento del hospital fue dividida en dos por razones presupuestarias.
La actual, que comprende un 65/70 por ciento del total, y una segunda parte que todavía no se presupuestó ya que no está definida la financiación y que comprenderá los sectores de farmacia, endoscopía, gimnasio, sala de necropsias, depósitos, vestuarios y baños, que seguirán funcionando en las viejas instalaciones.
«Una obra con el hospital en pleno funcionamiento fue una complejidad adicional que por suerte se pudo llevar muy bien; casi no hubo conflictos gracias a la buena voluntad de todo el personal del hospital, tanto profesional como no profesional», indicó.
«Por supuesto que eso implicó que la obra tuviera un plazo más extenso del que hubiera tenido si se hubiera empezado de cero, pero como a medida que la obra avanzó se fueron habilitando parcialmente distintos sectores con más comodidades y mejor dotados, esto ayudó bastante en la coordinación», agregó.
Entre las razones que fundamentan la decisión de remodelar y ampliar el antiguo hospital –y no el construir uno nuevo– fue que de tal forma se pudo mantener la ubicación del efector de salud, y con sectores como el de pediatría cuya construcción es bastante reciente.
El estado de la mampostería y albañilería que se preservó fue porque se constató que estaba en muy buenas condiciones, y las mayores dificultades tuvieron que ver con las redes de instalaciones de los diferentes servicios, ya que en varios casos no había planos de ubicación.
«Los mayores inconvenientes estuvieron relacionados con las instalaciones existentes, tanto de agua, gas o electricidad, cuando había que hacer algún corte y no afectar a la parte del hospital que estaba funcionando, porque no había planos fidedignos», dijo Madarieta.
El funcionario destacó que el municipio tuvo especial cuidado en tener en cuenta los antecedentes de las estudios de arquitectura que se presentaron para proyectar el nuevo edificio, y se resolvió contratar una firma de La Plata –estudio Casaprima y Morando– con mucha experiencia en este tipo de obras.
«Con la experiencia de estos profesionales, desde el punto de vista constructivo quedó un hospital muy moderno, con algunas concepciones nuevas de la arquitectura hospitalaria que llamaron la atención y que motivó que los proyectistas, en más de una ocasión dieran explicaciones del porqué de algunas cosas estaban previstas de una forma y no como la lógica o el uso normal parecía que tenía que ser», manifestó.
«Por ejemplo, las bachas dentro de las habitaciones, que fue una de las cosas que más llama la atención. La medicina moderna así lo prevé para que el personal médico se higienicen las manos», añadió.
La mayoría de los materiales se adquirieron en esta ciudad, así como el armado en una metalúrgica local de la estructura de los techos, aunque otros más complejos en cuanto a las instalaciones provienen de otros lugares, y hubo un alto porcentaje de mano de obra local.
«Un 85 por ciento fue mano de obra local, por parte de la empresa se trató de conseguir la mayor cantidad de obra especializada que había en Pigüé, y muchos operarios se han especializado en algunas cosas en este tipo de obras, como el trabajo con determinados tipo de revestimientos, lo cual en principio demoró un poco pero se observó que en el final el trabajo era más fluido», manifestó Madarieta.
La obra, en detalle
Monto: 7.356.000 pesos.
Superficie de la ampliación: 3.500 metros cuadrados.
Contratista: Proyectos y Obras Americanas S.A.
Plazo de obra: 23 meses (termina en abril de 2008).
Financiación: 30 por ciento con recursos municipales y el 70 con un crédito del Plan de Fortalecimiento Municipal.
Lo que se construyó
En planta baja
En planta alta
Capacidad de internación
Instalaciones
Jorge Sandoval/Agencia Pigüé